A finales de los 70, Black Sabbath, sin duda alguna la banda más grande que el Heavy Metal haya parido jamás, se encuentra en una encrucijada: vivir o morir!…y es que las drogas, el alcohol, los egos, la falta de inspiración y otros problemas han conducido al grupo a un punto límite.
Surgidos a finales de los 60 en Birmingham, estos cuatro jóvenes llamados Tony Iommi (guitarra), Ozzy Osbourne (voz), Geezer Butler (bajo y Bill Ward (batería) fundarian Black Sabbath, en pleno apogeo del rock psicodélico y de la influencia del blues.
Al principio la crítica fue lapidaria con estos cuatro muchachos debido a su intenso contraste con la música popular de los 60. Sus letras, estilo y actitud llevó a catalogarlos de “satanistas”, y bien podría entenderse que la reacción se fundamenta en encontrarse con algo desconocido y fuera de los parámetros musicales de la época.
Claramente los críticos de esos comienzos de la década del 70 no eran conscientes de que tenían enfrente a la banda que se convertiría en la más influyente de todo lo venidero; en aquella que modelaría y establecería las bases del heavy metal y el hard rock, y todo lo demás dentro del metal. Este disco es el origen de todo lo posterior, la piedra fundamental sobre la que se erigiría un nuevo concepto musical y una tendencia estética.
A partir de ahí la banda se consolida con grandes trabajos entre los que destacan Paranoid (70), Master of Reality (71), Vol 4 (72), Sabbath Bloody Sabbath (73) o Sabotage (75).
Pero lo problemas a los que hacia alusión al principio comienzan a partir de mediados la década y después de unos mediocres trabajos los cuales fueron vapuleados por la critica y poco aceptados por el público: Technical Ecstasy (76) y Never say Die (78), terminan por la expulsión de la banda de Ozzy, el principal causante de estos despropósitos.
Así en 1979, la banda reclutaba a Ronnie James Dio, ex cantante de Rainbow, la banda del ex Deep Purple Ritchie Blackmore, y rápidamente entran en el estudio para un nuevo album.
En Abril de 1980 se publicaba "Heaven And Hell", el álbum que iba a demostrar a los escépticos que había vida sin Ozzy Osbourne. Efectivamente nadie esperaba ni siquiera un álbum pasable, y "Heaven And Hell" resultó ser una obra maestra que tal vez no goza del crédito que merece, un artefacto odiado por los más acérrimos y talibanes seguidores de los Black Sabbath de Ozzy Osbourne pero que acercará el sonido de la banda a una nueva legión de jóvenes fans.
"Heaven And Hell" resultó ser el álbum ejemplo de cómo debería sonar el metal. Poderoso, melódico, pesado y significativo al mismo tiempo. Un trabajo energético, inspirado y lleno de técnica en el que sin duda influyó una música y unas letras llenas de magia y de mística, elementos ambos aportados por el recién incorporado Ronnie James Dio, rejuveneciendo a la banda tras un más que incierto período.
Aquella fabulosa mezcla de letras sobre lo desconocido y un más que joven speed metal ayudó a reflotar a Black Sabbath en un momento además en el que las bandas emergentes de la New Wave Of British Heavy Metal empujaban con fuerza. Fue entonces cuando el sonido de la banda evolucionó hacia un metal ochentero en el que la voz y la lírica de Dio encajaban a la perfección.
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