En 1964 publican el sencillo You Really Got Me, el cual se considera la primera canción de hard rock de la historia.
Los Kinks no eran como las demás bandas de su epoca, (I’m not like everybody else podría ser su mejor seña de identidad) porque no querían ser como los demás. Y así les fue. Muchos de sus discos —ahora venerados— fueron estrepitosos fracasos comerciales: la crítica no siempre entendió sus giros estilísticos y el gran público los ha visto, en general, como un grupo de los 60 a pesar de que su carrera abarca más de tres décadas.
Su legado es impresionante desde 1964, cuando empezaron en la escena del beat británico con grandes hits como Low Budget, A Well Respected Man, All Day and All of the Night, Days, Dedicated follower of Fashion, Juke Box, Till The End on the Day, Waterloo Sunset, Celluloid Heroes, Dandy, Lola, y muchos otros.
Es cierto que su maravillosa producción en los 60 tiende a eclipsar el resto de su discografía. Pero los cambiantes y vodevilescos Kinks de los 70 están llenos de matices y sonoridades exquisitas, y los Kinks de los 80 fueron capaces de llenar estadios intergeneracionales al mismo tiempo que ofrecieron himnos imperecederos como Come dancing o Living on a thin line.
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